30 años I: ¿Cómo son las primeras fotos ‘serias’ de un fotógrafo?

30 años

30 años I: ¿Cómo son las primeras fotos ‘serias’ de un fotógrafo?

30 de enero de 2019 30 AÑOS, FOTOGRAFÍA

2019 va a ser un año retrospectivo. El próximo otoño, más o menos, cumpliré 30 años como fotógrafo y, por consiguiente, 30 años que llevo dedicado al mundo de la imagen a nivel personal y profesional, con todas las etapas por las que he pasado durante todo este tiempo. Puede parecer un tanto extraño teniendo en cuenta mi edad (44) pero es que empecé muy joven, jugueteando con 13 años con una Werlisa de mi padre. Un juguete por entonces, aunque creo que ya, desde el principio, aquel proceso de capturar instantes de manera aleatoria, llevar a la tienda a revelar el carrete, esperar impaciente los 2 o 3 días que tardaban entonces en procesar las imágenes en papel, y luego recogerlas para descubrir en ellas una nueva versión de la realidad que habías fotografiado (siempre tenía esa sensación) era algo que me resultaba bastante singular.

Pero en aquellos años primerizos, la música era mi verdadero empeño. En mi cuarto tenía montado un estudio de grabación improvisado, con un par de sintetizadores, un radiocasete y un magnetófono antiguo, también de mi padre, de esos en que si presionabas los botones rec y play sin llegar al fondo, alterabas la velocidad de grabación, y podías pasarte una tarde entera en plan paranormal, creando psicofonías. Pero también podías hacer música con todo aquello, y aunque no tenía ni idea de solfeo, me acabé inventando un sistema de numeración para las teclas de los sintetizadores y a base de grabar y remezclar lo grabado en casetes, llegué a crear un par de maquetas que, algún día, si mi propia vergüenza no lo impide, quizás me atreva a publicarlas por aquí…

Pero mi carrera de músico duró más bien poco. La fotografía empezaba a ser algo más que una diversión y tras un estúpido accidente de moto al que siguieron una serie de circunstancias, con una fotografía como detonante (anécdota que ya he contado demasiadas veces), llegué a la conclusión de que aquello iba a tener más repercusión en mi vida de lo que yo me imaginaba.

Y así llegamos al otoño de 1989, cuando una tía mía propicia un importante salto cualitativo en cuanto a mi relación con la fotografía, dejándome por unos días su Olympus OM-1 montada con un objetivo de 50 mm, mi primer contacto con una réflex. Y en noviembre de ese mismo año -lo recuerdo perfectamente porque en la tele no se hablaba de otra cosa que de la caída del Muro de Berlín- realizaba mis primeros experimentos fotográficos con una cámara SLR.

¿Os habéis preguntado alguna vez como son las primeras fotos ‘serias’ de un fotógrafo? Pues algo como esto:

COMPARTIR